viernes, 4 de octubre de 2013

Mi Osadía.

Tarde de sábado, recuerdo bien porque fue de las pocas veces que mi madre tuvo pruebas un SÁBADO. Resulta que era la prueba final de Psicología Cognitiva, según todos los estudiantes de Psicología, esta es la asignatura que lleva contra la pared a todos. El examen comenzaba a las 6:00pm, y como es de saber, duraría 4 horas, por lo que mi madre terminaría a las 10:00pm aproximadamente. Por supuesto que no la iba a dejar andar sola a esas horas, y menos por el lugar en donde estaba haciendo la prueba, era en una escuela frente a la estación de policías de Zanja, creo que es esa calle….bueno da igual, no es una buena zona para que ande sola a esas horas.
La voy a recoger a las 8:00pm en punto como me pide, pero no es hasta las 10:00pm que sale, estuve 2 horas esperándola, pero para mi suerte fue bueno esperarla, que sorpresa la mía cuando vi al profe de cognitiva de mi madre, POR DIOS!!! Valió la pena tanta espera, créanme, por mi hubiera esperado 2 más o las que fueran necesarias. Al bajar mi madre las escaleras, acompañada de él (ahhh porque en esa época mi madre estaba recién enyesada la pierna, él la ayudó) me lo presentó. Le miré fijo a la cara, cosa que él hizo igual, nos estrechamos las manos, y así mismo nos despedimos. Cada cual por su lado, pero mi cabeza giraba cada medio minuto para ver si por casualidad él hacía lo mismo, pero no fue así, o al menos no coincidimos ambos las miradas.
Durante el camino a casa le pregunté a mi madre si por casualidad sabía algo de su profe, a lo que ella inmediatamente me responde: “Bueno pichito, se rumora que está con un alumno de 6to año, que son pareja, en fin que es gay”, a lo que le respondí: “Si mami, me quedó claro desde que dijiste alumno, entendí”.
Eso me dio curiosidad, esa noche prácticamente no dormí, pensando en como podía llegar a él. Resulta que mi madre sola me dio la posibilidad, sin ella querer. Había estado estudiando y repasando con “el profe” desde mucho tiempo antes de la prueba, y cuando ya le habían dado la nota, en agradecimiento fue a su casa a darle un presentico, ya que había sido gracias a sus repasos que mi madre mejoró en esa asignatura. Ese día quiso que fuera con ella, y yo ni me negué.
La cita era a las 4:00pm, y allí estuvimos. Su casa, que no ni tanto, más bien donde se alquilaba, era un sitio pequeño pero muy acogedor y bien decorado, aunque todo muy, pero muy exactamente posicionado, “el profe” es bastante obsesivo con eso, y bien que lo sabría yo más adelante. Bueno, esa tarde solo fue conversar y cruzar alguna que otra mirada, muy pocas la verdad, él se cuidaba mucho enfrente de mi madre. Nos fuimos de regreso a casa de mi abuela, mi madre debía regresar al día siguiente a recoger algo que necesitaba, y le dije: “si tu quieres vengo yo, no me costará”, a lo que respondió súbitamente: “NO, tranquilo que ya vengo yo sola”…. No sé que habrá pensado ella, pero estaba en lo cierto. Yo quería que sucediera algo y sus pocas y cortas miradas me habían dicho lo mismo, por lo que yo me dispuse a buscar el modo. En un momento que tuve, tomé el celular de mi madre y busqué el número del “profe” y a todas esas con algo de dudas de si hacerlo o no, porque fácilmente un problema me podía buscar o buscarle a él con su pareja, o cualquier cosa podía suceder. De igual modo lo hice, preparé el siguiente sms y se lo envié: “Hola, soy el hijo de tu alumna, que fuimos a tu casa hoy, tú me encantas y quisiera que nos conociéramos un poco más tú y yo, ¿qué me dices?”
Al ver que no respondía, pues escribí otro retractándome enseguida de lo que había hecho, pidiendo disculpas. ¿Cuál fue mi sorpresa? Después de haber mandado el segundo sms recibo uno que decía: “Descuida que me pasó lo mismo, pero es que estaba en shock, eres bien osado. Mañana a las 4:00pm pásate por acá. Saludos”. Ñoooooooo!!!!!, grité. Había logrado quedar con “el profe” de mi madre. Me presigné y me dije: “eres lo máximo, sigue así que vas bien”.
Al otro día, como acordamos, estaba en la puerta de su casa a las 4:00pm. Entré y me hizo subir con él hasta su cuarto, el día anterior no pasamos de la sala. Me pidió que me sentara a su lado y empezamos a conversar, yo estaba muy, pero muy nervioso. Me dijo que era osado, una vez más, y me comentó de su reacción ante mi sms. También me dijo que el día anterior estaba un poco incómodo con mi madre cerca, pero que estaba loco por sacarme guara y lo único que le vino a la mente fue sugerirle a mi madre que yo fuera a recoger lo que ella necesitaba al día siguiente, pero ya saben que ella me dijo que no, debió haber sospechado algo, y estaba en lo correcto.
Gracias a Dios, bueno no, a mi, ya estaba en su casa y a su lado. Hablamos y hablamos de todo un poco, me comentó acerca de que tenía pareja, era una chica que vive fuera de Cuba, me dice que él es “bi”, cosa que es mentira, esa era su forma de tapar el comentario que él sabía que corría con respecto al alumno con el que estaba. Pero la verdad no me interesaba, porque yo solo quería uno o unos cuantos revolcones. Había pasado más de una hora ya, entre risas, uno que otro trago y aún ninguno de los dos se pronunciaba a dar el siguiente paso, que era obvio, solo que ambos teníamos pena. Me dice: ¿bueno y tu no querías que nos conociéramos mejor? ¿Qué tal si empezamos a conocer nuestros cuerpos al desnudo? No había acabado de decir esto, y ya se estaba quedando sin ropa alguna. Le seguí y me desnudé ante él. WOW!!!, fue lo primero que me dijo, yo quedé impactado, pues nadie hasta ese entonces me había dicho esa frase, que tan corta es y dice tanto, ni siquiera el que era mi pareja había utilizado esa frase. Eso me puso a cañón, me puso a tal punto que mi respuesta fue empujarlo hacia la cama y tirarme sobre él a darle besos. Ni chistó. Él es bajito de estatura y tiene una musculatura ideal para su tamaño, muy lindo, todo un bomboncito. La cuestión había empezado, qué rico, ya estaba en donde deseaba, como deseaba y con quien deseaba, no podía pedir más, bueno si, solo faltaba que él no estuviera en desacuerdo con dejarme penetrarlo, y ni siquiera hizo caso a lo que le dije, eso quería él, fue todo lo que me dijo. WOW me dije yo, todo es perfecto. No creo que describir lo que hicimos sea buena idea, porque nada más de pensar en eso, me viene a la mente aquella escena y me endurezco. Fue toda una aventura salvaje. Iniciamos en la cama, allí hicimos de todo lo que se podía hacer que conocía y hasta lo que no conocía que él me enseño, después de todo es profesor. Seguimos para la cocina, me hizo cargarlo encima de la meseta, que me quedaba a tono, para seguir haciendo de las nuestras. Varias posiciones usamos en la meseta aquella, que de milagro no se cayó.
Bajamos hasta el sofá de la sala, y una vez encima de este, seguimos teniendo un sexo ferozmente salvaje, le gustaba que le agarrara fuerte y le apretara por donde quiera que mi mano pasara.
He aquí otro sitio en el que parece que se me da bien tener sexo, el sofá, porque en este del “profe”, eyaculé hasta gritar, era tanta la excitación que gritar era lo que deseaba en ese momento. Ese sofá debe tener aun muestras mías. Él hizo lo mismo, pero encima de mí, fue todo un chorro que recorría mi pecho, que sensación más agradable. Como dos locos salimos hacia el baño directo, y en el baño nuevamente volvimos a la carga. Nunca antes había tenido sexo en el baño, o al  menos de la forma que estuvimos ese día, de pie. Pensaba que esa era una posición un tanto incómoda, pero no, ciertamente lo incómodo que pueda ser queda opacado por lo bien que se está. Mientras me caía el agua encima, él se encontraba arrodillado enfrente de mí, haciéndome un estupendo sexo oral, y a la vez, se acariciaba todo su pecho y hasta se masturbaba. De repente cerró la llave de la ducha y se inclinó hacia delante, en posición como si fuera a vomitar encima de la taza, y me dice: ¿Quieres probar así? No tenía que decírmelo, para qué, si eso ya estaba en mi mente apenas lo vi doblarse. Juro solemnemente que esa es mi posición favorita, me produjo un inmenso placer verlo así, de espaldas a mí, siendo penetrado. En ocasiones volteaba su cara para verme, para ver cuán excitado yo estaba, eso me encantó (me sigue encantando). De nuevo, la mejor sensación que nos pueda ocurrir (eyacular) tocaba a las puertas de mi erecto pene, con enormes ganas de salir, pero él no quiso, me pidió que lo hiciéramos esta vez al unísono y así fue. Mientras yo llenaba su bella espalda de mi semen bien caliente, él se venía en el suelo del baño. Madre mía, cuantos hijos perdidos de ambas partes.
Directo a ducharnos, pero lo hicimos como si fuésemos una pareja de tantos años, como si nos conociéramos de mucho tiempo atrás, acariciándonos, besándonos y conversando sobre todo lo que había acontecido.
Terminamos teniendo una cena hecha por él, acompañada de vino tinto, todo muy especial, la verdad. Al concluir la comida, nos despedimos y quisimos cargar nuevamente, pero era tarde ya y debíamos trabajar al otro día, los dos. Planificamos para otro encuentro, y así fue. Repetimos la misma experiencia aproximadamente durante 6 meses entre 2 ó 3 veces a la semana. La monotonía misma se encargó de que la experiencia terminara, de que fuera bajando en intensidad y repeticiones nuestros encuentros a escondidas. Para mí fue todo un reto esta experiencia, lograr conquistar al “profe” de mi mamá era lo supremo. Tantas cosas mezcladas en un solo hecho; lo prohibido, el deseo, miedo, morbo,  hicieron de esta, una situación difícil de olvidar y especial por todo lo que ella conllevaba. De este modo daba cierre a una etapa de mi vida, concluía mi relación (por decir de algún modo) clandestina con “el profe” de mi madre.

3 comentarios:

  1. Encantado con las historias de nuestro Editor y colaborador No 1, que ahora tambien complemanta nuestra web.
    Equipo Sensacional Mega

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  2. Siiii, seguro que si, me encantó esta historia también, desde ya me declaro fanatic@

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  3. Ay dios mío!!! y por qué a mi no me pasan cosas como estas??? a ver, explícame Lourdes!!!

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